Este era un señor sin dientes, en el trabajo le decían la ciruela y en su casa nadie le hablaba, era de esperarse pues vivía solo porque no tenía dientes, ni dentadura que llenara el vacío en sus encías.
La cara de bolillo que consistía en extender su mandíbula hacia el frente y atrapar su labio superior dentro del inferior, sonreía en sus adentros (porque en sus “afueras” era un poco difícil) y ejecutaba la siguiente mueca. No tenía un orden lógico de ejecución sin embargo, el juego no se detenía hasta que cesara de reír.
Y entre phs y hafs recordaba aquellos tiempos tristes cuando solía tener dientes, aquellos tiempos amargos en que la comida solía ser dura y masticable, en que las sonrisas hipócritas estaban a la orden del día, aquellos días en los que se aplicaba el dicho “como te ves te tratan”. Ahora nada de eso importaba, su trabajo como embotellador en la fábrica de papilla le daba literalmente para comer y algo extra.
Comía papilla, embotellaba frascos, hacía muecas, sonreía a sus adentros y ahorraba el tiempo y el dinero que le sobrara para una vez al mes efectuar el mismo ritual (no el de las muecas ese lo hacia diario, hablo de otro ritual que explicaré más adelante). Ese ritual que lo mantenía cerca, pero no tan cerca de su pasado y que lo convencería por el resto el mes de que había tomado una buena decisión.
Así, tomaba una vez más en su mano derecha, las pinzas que algún día lo liberaron de su melancolía, en su mano izquierda estaba el saco en donde guardaba su tesoro, su secreto. Sacaba uno a uno aquellos bloques blancos como perlas y los limpiaba minuciosamente, probando su brillantes sosteniéndolos en lo alto con las pinzas y cerrando un ojo. Devolviéndolos de nuevo al saco los contaba uno a uno, con cuidado. Pensando “Una cosa es perder la dentadura, que no es tan grave, pero no podría soportar perder ni uno solo de mis dientes”.
FIN
Lo tenemos que aceptar... Leon te volviste loco. El Sr. Ciruela es un personaje secundario en tu vida y ahora tu estas orate. Espero que algun dia nos puedas postear una foto del querido Sr. Ciruela.
ResponderEliminarMe es dificil creer que esta historia del Sr. Ciruela la inventaste y escribiste simplemente por amor al arte, asi que dime, ¿Quien demonios es el Sr. Ciruela?, ¿De quien en realidad te estas burlando?, ¿Es el Sr. Ciruela otro de tus alter-egos?
ResponderEliminar¡Me encantó!
ResponderEliminarAsí, escuetamente, ¡me encantó!
Maravilloso el Sr. Ciruela: Un optimista que se sabe reir de sí mismo, que guarda, quizá, sus dientes -perlas- esperando el día en que podrá tal vez restituirlos.
Maravillosa descripción, que pudiste haber abundado, al respecto de esos rituales en donde todos nos reconocemos:
"revisar las esquelas" tal vez no por morbo sino esperando encontrar la propia...
Beto Buzali
guardaré mis dientes!