domingo, 10 de noviembre de 2013

El uso y mal uso del tiempo

Cada vez estoy más convencida de que el TIEMPO es de lo más, sino lo más, valioso que tengo. Recuerdo la impresión que me dejaron desde niña los hombres grises de Momo (Michael Ende, 1973), sobre la administración de nuestro tiempo. Casi veinte años después el uso, administración y cuidado de mi tiempo se ha vuelto importantísimo. Me parece irónico que con la inmediatez que permite la tecnología, siento que tengo menos tiempo (en efecto el tráfico y las distancias de la ciudad son un punto crucial en el tema). He aprendido a distinguir dos tipos de enemigos, uno exterior y otro interior.

 Hay días que siento que el mundo quiere hacerme perder mí tiempo en distintos formatos:

1) La persona que lleva 5 minutos esperando salir del estacionamiento y no tiene boleto y cambio en mano. 
2) Los conductores que tardan demasiado para pasar un tope. 
3) Por supuesto, el transporte público y el tráfico en general. 
4) Llamadas que ofrecen servicios y venden cosas. 

Tales ejemplos no deben confundirse con esas pequeñas pausas que enriquecen nuestra humanidad y sentidos, como saludar a un vecino, notar una mariposa en el camino o seguir un pensamiento colado a nuestra mente por una canción, olor o imagen

Lo que realmente me preocupa, debido a que lo puedo y debo cambiar es cuando yo hago mal uso de mi tiempo. Tengo identificados algunos de los principales enemigos:


Mi tip final es explotar la ciudad en la que vives.
Sé turista un día a la semana, con tenis, cámara y mapas (de preferencia impresos para dar un toque especial), localiza tu restaurante favorito, tu café favorito, reconoce como cambian las calles con las estaciones, ubica tu colonia favorita, descubre que tipo de museos te gustan y cuales te aburren, aprende a caminar a los lugares, pasea sin realizar compras, y despiértate temprano (hay menos tráfico y menos gente).


1) Los jueguitos del celular (Restaurant story, Candy Crush, etc.). Hay muchas aplicaciones que pueden calmar mi necesidad de ocio y nutrir mis ideas mientras me entretienen (Kindle app, Pinterest, Goodreads, Flipboard, y más). 

2) El chisme. En verdad, si uno no tiene nada que decir, mejor quedarse callado. Es una pena dedicar tiempo valioso a hablar y criticar la vida de los demás. Ahora que tengo menos tiempo para compartir con mis amigos, procuro conectar realmente y saber cómo están en lugar de hablar sobre terceras personas. 

3) La televisión, no siempre, pero a veces, siento que es lo único que hago en mi tiempo libro. El agotamiento resultado de una entregada y feliz maternidad, más el trabajo, la casa, la familia, el esposo, etc., termino fumigada antes de dormir con energía únicamente para ver tele. Claro es una gran tentación con las maravillosas series que hoy ofrece, pero sí creo uno debe hacer el esfuerzo de relajarse con otras actividades. Mis mejores sustitutos son: obvio leer, (ahora) escribir posts, jugar cartas, pintar y actividades manuales.  

Creo que debemos observar a qué dedicamos nuestro tiempo, ya que eso es lo que somos. Y más aún, estamos marcando la pauta para lo que seremos en el futuro cercano y lejano.  



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